martes, 22 de junio de 2010

Y cada cual siguió a su musa....

Y cada cual siguió a su musa….
A menudo, pensar en cuál será la sorpresa del día, me mantiene despierto ante el caótico sueño que me espera tras el sosiego de la mañana.
Suelo despertar entre bambalinas de maullidos y olor a café, evocándome una sensación de nido de esparto que me mantiene bien sujeto, antes de caer al suelo desde los brazos de mi madre.
El sentimiento de despedida se me acerca por momento, los días pasan como minutos y mis horas son segundos, combato contra el tiempo en una lucha sin motivo, sin defensa alguna; y sin aliento me sostengo mientras pienso, que sea Dios quien se encargue de mi alma, que sea Dios quien me lleve a la locura de la vida, a esta dulce locura donde me encuentro cada día.
No sé donde acabaré, ni donde comenzaré a aprender de nuevo, espero y pienso que sea capaz de mantener, la ilusión de querer, de compartir, de seguir teniendo conmigo lo que hoy me hace feliz.
Intentaré con todas mis fuerzas alcanzar, los pies del sueño que mantiene viva mi agonía, la de seguir soñando, la de vivir esperando, la de seguirme ilusionando, la de querer teneros a mi lado, la de buscar mi musa mientras escucho entre bambalinas de maullidos y café: y cada cual, siguió a su musa…